LO QUE QUEDA POR HACER,
por Jerónimo Saavedra

(Revista Shangay nº155 Año VII, Enero. E-mail: shangay@ctv.es)

La experiencia que he adquirido en las últimas semanas me anima a exponer algunas reflexiones sobre nuestros problemas.

Así , el tratamiento que han dado los medios de comunicación ha sido ampliamente positivo. Hace diez años habría sido radicalmente distinto, lo que permite apreciar un cambio que no es casual, sino el resultado de varios factores que lo han propiciado. La mentalidad de algunos o muchos ha cambiado porque ha habido un trabajo constante de movilización social, sin el cual habríamos tenido que seguir esperando a que la acción aislada de personas progresistas consiguieran ir eliminando tabúes instalados en la cultura dominante. La existencia de organizaciones sociales que luchan por la igualdad de todas y todos por la eliminación de actitudes de desprecio o discriminación, basados en el desconocimiento del derecho a la identidad sexual, es lo que ha permitido avanzar a un ritmo más rápido en ese cambio de actitudes.

Asímismo, la reforma educativa puesta en marcha en la pasada década ha animado a los docentes a reincorporar la educación sexual en las aulas. Son muchos los profesores y profesoras que han tenido que sufrir ataques escritos y hasta denuncias por explicar las nociones básicas sobre el comportamiento sexual. Pero han sabido mantenerse en sus posiciones, apoyadas casi siempre por las asociaciones de padres, no sólo frente a sujetos intransigentes sino también a instituciones milenarias que viven de espaldas a la ciencia y a la sociedad.

Gracias a todo ellos, se percibe también un comportamiento distinto en las generaciones jóvenes. Acuden a manisfestaciones masivas de carácter cultural, o presencian programas televisivos, en los que los roles sexuales, atribuidos tradicionalmente al hombre y a la mujer, se hacen más complejos y muy alejados de lo que se estimaba correcto o incorrecto.

Pero la misma reacción referida al principio pone de relieve que queda mucho por hacer. En pocas palabras, que deje de ser noticia que una persona escriba un prólogo lleno de sinceridad en el que manifieste su identidad sexual. Cuando situaciones parecidas o distintas dejen de provocar titulares habremos conseguido la normalidad en la valoración y respeto de la sociedad española. Por eso, me gustaría que cualquier acto público que en el futuro inmediato sea protagonizado por un alto cargo del conservador partido gobernante, no sea tan noticiable como el mío, pues supondría la aceptación como normal por parte de nuestra sociedad.

Sin embargo, normalización no es lo único pendiente. Cuando miramos hacia Holanda vemos que el Legislativo de ese país ha dado el paso definitivo por la igualdad respecto al matrimonio entre personas del mismo sexo y la posibilidad de adoptar. Nuestro Parlamento en la pasada legislatura lo intentó pero no lo consiguió. En la presente, con la mayoría absoluta conservadora, muy pocas esperanzas caben. De ahí que el trabajo de las organizaciones de lesbianas y gays se hace imprescindible para que el electorado sepa quién está dispuesto a renovar derechos nuevos y quién se aferra a la vieja idea del matrimonio igual a contrato entre dos personas de distinto sexo, pues la realidad de miles de parejas reconocidas por la sociedad pero no por la Ley crea frustración. Sin duda. Pero si seguimos luchando juntos, aprovechando federaciones o grupos, en la organización de manifestaciones reivindicativas y festivas, denunciando actitudes de descriminación o persecución en el trabajo, en la política o en las iglesias, conseguiremos que el apoyo social sea cada vez mayor y que los partidos que se oponen a la igualdad sean despreciados por los electores.

JERONIMO SAAVEDRA ha sido presidente del Gobierno Canario, diputado por Las Palmas de Gran Canaria, diputado del Parlamento de Canarias, Ministro de Administraciones Públicas y Ministro de Educación y Ciencia; en la actualidad es senador del PSOE por la Comunidad Autónoma de Canarias (ESPAÑA).