Odio tantas cosas... Odio, por ejemplo, la frivolidad.
Odio también la falta de honestidad, el desamor,
el desapego. De la misma manera, odio la
insensibilidad, la mentira. Odio a quienes hacen
gala de estos defectos. Odio a quienes juegan con
mis sentimientos, a los que necesitan una cifra
mínima para demostrar respeto. Odio a quienes
piensan que a lo más profundo que pueden
llegar... es a las amígdalas. Si generalizara...
odiaría al mundo.
Pero te encontré y, a través
tuyo, encontré a jóvenes seres pensantes,
dignos de la elite más maravillosa. ¿Cómo lo
hice? A través de SMaQ, buscando pornografía
(para variar).
No sé qué fue lo que me atrajo a seguir ese
link, pero de pronto me encontré con una
recopilación maravillosa de textos escritos por
los hombrecitos inteligentes con los que sueño
encontrarme algún día. En algún punto de esta
maraña de cables hay gente que piensa y siente,
hay gente que esta sola y no lo merece. Corrijo:
habemos. Debo agradecerte por darme esta
oportunidad de expresarme y de ser leído así
como de disfrutar las expresiones tuyas y de los
chicos que colaboran contigo. De ahora en más
tienes en mí a un fiel seguidor.
Debería contarte algo de mí,
¿verdad?
Está bien. Acabo de cumplir diecisiete años y
busco fervientemente al amor de mi vida. Vivo en
O., que es una mediana ciudad del interior de la
República Argentina. Es mediana pero aún
conserva un incómodo espíritu de pueblo, de
caserío. Todos nos conocemos, podría decirse, y
cualquier conducta inapropiada (aunque sabes que
lo que refiero no es una conducta inapropiada)
significaría embarrar un nombre, o dos, por toda
una vida.
En la mía han habido enamoramientos solitarios,
llantos injustificados y tanteos de los que
prefiero no acordarme. Y no he conseguido lo que
quiero.
Esto que te escribo empezó
siendo un texto de desahogo que ni siquiera
tenía destinatario y terminó convirtiéndose en
una carta que espero sea publicada entre las
muchas que recibes. Entonces, ahora que me he
derretido en bien merecidos elogios hacia ti, me
gustaría dar un par de consejos: en una página
de este tipo sería muy reconfortante encontrar
un apartado donde los corazones solitarios
podamos completar algunos campos y así pasar a
conformar una base de datos para ser conocidos
por los demás. Una lista de contactos, bah. Pero
no una cualquiera. Sería una para quienes no
creemos en el sexo sin amor, para quienes tenemos
la ilusión de que el amor de nuestra vida alguna
vez visitó tu pagina. Tú mismo podrías ser
quien decida quién es en realidad una persona lo
suficientemente buena como para entrar en tu
lista. Deberíamos demostrarlo, y tendríamos que
desnudar nuestra alma para convencerte. Si esto
sirviera para conformar una sola pareja,
tendrías motivo suficiente para regocijarte.
¿Sabes? La Web es grande y cualquier cosa hay en
ella. Me ha chocado un poco encontrar en tu
página material que está directamente ligado al
sexo porque sí. No es porque me las dé de
pacato ni nada así, porque no lo soy. Pero tu
mismo diste un carácter a tu obra y los textos a
los que me refiero constituyen puras disonancias.
Hay otros espacios donde cualquiera puede
publicar, sin pagar un centavo, las historias que
quiera contándonos como penetró a tal chico o
cómo era el miembro que chupó la noche
anterior. En tu página no debería haber este
material explícito, aunque sí sugerente.
Te pido que conserves tu línea y no cedas para
publicar material con el único objetivo de hacer
cantidad. Son solo sugerencias, siempre
intentando ser constructivas. Por último, pero
no menos importante, y como pienso que la
mayoría de los chicos que entran en este sitio
son gente como yo, me gustaría contactarme con
algunos. Para ellos, les dejo mi dirección de
correo electrónico, que es
contranatura@topmail.com.ar, y mi número de ICQ:
55823705.
Tuyo,
David (Argentina)
contranatura@topmail.com.ar