Segundos, minutos, horas
irrepetibles e imborrables ya
dónde mi vida a la tuya
lentamente se enlazaba
y se unía
solo por la palabra.

Antes de saber, tú,
la plata de mis sienes;
antes de saber, yo,
la seda de tu piel...
la palabra, el verbo
ya nos tenían encadenados
a perpetuidad.

Segundos, minutos, horas
de inquietud y tremendas esperanzas,
pendiente de un hilo, tu vida,
pendiente de tu vida, la mía.
¿Alguna mejoría hoy?
Mañana la habrá, cariño,
porque habrá otro mañana.

Tu vida y la mía encogidas,
recogidas en un puño,
como aletargadas, expectantes,
quietas, apretadas, temblorosas
al filo del abismo siempre.

Segundos, minutos, horas
vividos juntos,
a pesar del dolor y de la distancia;
pasados tan junto a tí
que ya no sé si el dolor era mío,
y tuya la inquietud
o si ambos eran de los dos.

Respira, mi amor, resiste,
mi amor, sonrie...
para darle vida a nuestro sueño.
¿No ves que yo no existo sin tí?
Vive para que vivamos los dos,
dame tu aliento: es mío,
es nuestro ¿lo oyes?
es el de nuestro amor.

Y no digo: Eterno
porque ya he dicho: Amor
y ¿qué es  Amor , si no es Eterno ?