PLEIADE


LLUVIA

La lluvia caía despacio
como sin querer
amansando suavemente la sed
que el calor había dejado.

Entraba por la ventana abierta
tamizando con su timidez
la penumbra
ahora ya fresca.

Las casas y las cosas estaban quietas
dejándose tocar por su presencia
y el tiempo
adormecido
la miraba como un niño.

El azul y el gris se mezclaban
agua y aire que jugaban en el cielo
ahora escondido
en silencio mantenido.

Y la lluvia caía despacio
estirando su brazo para rozar tranquila
las ramas
y las viñas.

Nadie hablaba
solo ella que cantaba
y más que cantar
tarareaba un ritmo lento
que movía al sentimiento.
¡Y cómo olía su cara!
brillante
y pálida
fresca como una rosa joven
que perfuma el salón
en un jarrón de cobre.

El sol olvidado asomó por fin su luz
aunque tenue
a través del manto blando
de algodón mojado
y la lluvia
al verlo
recogió su pelo
y se dejó besar la nuca
tibia y viva
como un amante que espera.


Spike


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