Hoy, 16 de
septiembre de 1926, tengo la venerable edad de
setenta años y, puesto que llegué a Taormina
el día de mi vigesimo aniversario, resulta que hace
medio siglo que me encuentro en el más seguro de los
paraisos. He sido tan feliz aquí, he hecho tantas
cosas y este bendito lugar me debe tanto, que quise
empezar este jubileo escribiendo la historia de mi
vida.
No esta escrita para los historiadores. Interesa solo
a los voluptuosos y a los artistas. Es el testimonio
de toda una vida dedicada al culto de la belleza, es
un acto de gratitud hacia un país y hacia un pueblo.