24/07/99

 

 
  LAS ESTRELLAS

Son las tres de la mañana.
Como otras noches, perdí el sueño. No resisto mas: tengo que salir de mi cuarto para no asfixiarme de tanta oscuridad y de tanto silencio. Salgo así al balcón y levanto la cabeza hacia las estrellas, esas mismas estrellas que -hace ya casi un año- me vieron hacer el amor, por primera vez...
Y digo "hacer el amor", ya que las otras relaciones que había tenido antes
habían sido sólo sexo y nada más.

Ari, mi mejor amigo, me invitó a acampar durante el fin de semana y yo acepté. Salimos el viernes por la mañana: él conducía la camioneta e íbamos platicando de cosas y de otras: música, programas de tv, etc. hasta que llegamos.
Lo primero que hicimos fue armar la carpa (casa de campaña), acomodar la hielera, las bolsas de dormir, etc. hasta que quedó todo acomodado.
Después comimos y luego fuimos a caminar para conocer el lugar. Nos sentamos en una roca que era muy grande para ver como se escondía el sol tras una montaña. Regresamos a la carpa, encendimos una fogata y nos pusimos a platicar de nuestras experiencias sexuales, con chicas... pero los dos coincidíamos en que nunca habíamos tenido ninguna experiencia completamente placentera. Después nos empezamos a tener mas confianza y le hablé de cuando me metí a bañar con un primo, que tenia el doble de mi edad en aquella época (yo tenia entonces 7 años). Le conté como me había abrazado, besado y lamido mi pequeño pene. Le comenté que había sido algo muy agradable. Después, él me confesó que le había pasado algo similar y que también lo había disfrutado... Seguimos platicando de otros temas hasta que sentimos sueño y decidimos irnos a dormir. Una vez dentro de la carpa, seguimos hablando todavía un buen rato hasta que nos quedamos vencidos por el sueño.

Al día siguiente, yo desperté primero que él, y vi que su pene estaba en erección... Fue algo que me excitó demasiado y no pude resistir las ganas de tocarlo sobre el bikini, lo que ocasiono que se despertara. Yo, simplemente, solté su pene...
Él me sonrió y no dijo nada... Yo tampoco.
Salimos de la carpa, preparamos el desayuno, comimos y nos fuimos a nadar a un estanque que estaba cerca. Cuando estabamos dentro del agua, pasó algo muy especial: nos quedamos mirándonos fijamente por un tiempo, no sé cuanto... Estábamos tan cerca el uno del otro que casi nos dimos un beso... pero no paso nada.
Después de nadar toda la mañana, nos fuimos de nuevo a caminar hacia la roca en la que estuvimos la tarde anterior. Ese día había pocas nubes, el día estuvo muy claro, era por eso por lo que se empezaban a ver las estrellas aún antes de que el sol se metiera.
Regresamos a la carpa. El cielo estaba ya completamente cubierto de estrellas y sabíamos que, ésta noche, algo iba a suceder por todo lo que habíamos hecho durante el día. Creo que, por eso, nos fuimos a "dormir" un poco mas temprano que el día anterior. Nos quedamos de nuevo mirándonos, por largo tiempo, muy cerca... hasta que nos besamos y abrazamos. Pero dentro de la carpa hacía mucho calor y decidimos mejor "dormir" al aire libre, bajo las estrellas. Sacamos las bolsas de dormir y las extendimos en el suelo. Con el pretexto del calor ya nos habíamos desnudado por completo.
Nos acostamos y seguimos besándonos. Ari empezó a bajar su boca por mi cuello hasta llegar a mi pene y me lo empezó a mamar de una forma que me gustó mucho (aunque ahora lo hace mejor) seguía mamándome y acariciando mis testículos. Yo sentía un placer enorme y solo podía jadear, acariciando su cabello. Él se colocó después en posición de "69" sobre mí, y yo me puse a besar su ano...

Entonces, él me dijo:

- siempre soñé con hacer algo como esto y me encanta que sea contigo, me encanta alimentarme de ti.

Después de estar así un rato nos pusimos de frente y nos volvimos a besar por largo tiempo, hasta que Ari se puso de espaldas a mi, poniendo su trasero frente a mi pene que estaba muy duro. Instintivamente, sin pensarmelo, le penetré. Su ano era suave y caliente; yo entraba y salía del cuerpo de mi mejor amigo lentamente...
Quería disfrutar al máximo, mientras le decía al oído cuanto lo quería, cuanto significaba para mí, ahora, su amistad... Después, ya no aguanté mas: mi excitación era tanta que empecé a embestir, ahora más y más rápido, hasta que me corrí dentro del... Los dos estábamos tan agotados que nos quedamos dormidos sin separarnos...

Creo que toda la noche dormí dentro de mi amigo, bajo las estrellas, bajo estas mismas estrellas que me ven ahora en mi balcón, recordando el momento más lindo de mi vida...

Julián (17 años)

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