Son las tres de la mañana.
Como otras noches, perdí el sueño. No resisto mas:
tengo que salir de mi cuarto para no asfixiarme de tanta
oscuridad y de tanto silencio. Salgo así al balcón y
levanto la cabeza hacia las estrellas, esas mismas
estrellas que -hace ya casi un año- me vieron hacer el
amor, por primera vez...
Y digo "hacer el amor", ya que las otras
relaciones que había tenido antes
habían sido sólo sexo y nada más.
Ari, mi mejor amigo, me
invitó a acampar durante el fin de semana y yo acepté.
Salimos el viernes por la mañana: él conducía la
camioneta e íbamos platicando de cosas y de otras:
música, programas de tv, etc. hasta que llegamos.
Lo primero que hicimos fue armar la carpa (casa de
campaña), acomodar la hielera, las bolsas de dormir,
etc. hasta que quedó todo acomodado.
Después comimos y luego fuimos a caminar para conocer el
lugar. Nos sentamos en una roca que era muy grande para
ver como se escondía el sol tras una montaña.
Regresamos a la carpa, encendimos una fogata y nos
pusimos a platicar de nuestras experiencias sexuales, con
chicas... pero los dos coincidíamos en que nunca
habíamos tenido ninguna experiencia completamente
placentera. Después nos empezamos a tener mas confianza
y le hablé de cuando me metí a bañar con un primo, que
tenia el doble de mi edad en aquella época (yo tenia
entonces 7 años). Le conté como me había abrazado,
besado y lamido mi pequeño pene. Le comenté que había
sido algo muy agradable. Después, él me confesó que le
había pasado algo similar y que también lo había
disfrutado... Seguimos platicando de otros temas hasta
que sentimos sueño y decidimos irnos a dormir. Una vez
dentro de la carpa, seguimos hablando todavía un buen
rato hasta que nos quedamos vencidos por el sueño.
Al día siguiente, yo
desperté primero que él, y vi que su pene estaba en
erección... Fue algo que me excitó demasiado y no pude
resistir las ganas de tocarlo sobre el bikini, lo que
ocasiono que se despertara. Yo, simplemente, solté su
pene...
Él me sonrió y no dijo nada... Yo tampoco.
Salimos de la carpa, preparamos el desayuno, comimos y
nos fuimos a nadar a un estanque que estaba cerca. Cuando
estabamos dentro del agua, pasó algo muy especial: nos
quedamos mirándonos fijamente por un tiempo, no sé
cuanto... Estábamos tan cerca el uno del otro que casi
nos dimos un beso... pero no paso nada.
Después de nadar toda la mañana, nos fuimos de nuevo a
caminar hacia la roca en la que estuvimos la tarde
anterior. Ese día había pocas nubes, el día estuvo muy
claro, era por eso por lo que se empezaban a ver las
estrellas aún antes de que el sol se metiera.
Regresamos a la carpa. El cielo estaba ya completamente
cubierto de estrellas y sabíamos que, ésta noche, algo
iba a suceder por todo lo que habíamos hecho durante el
día. Creo que, por eso, nos fuimos a "dormir"
un poco mas temprano que el día anterior. Nos quedamos
de nuevo mirándonos, por largo tiempo, muy cerca...
hasta que nos besamos y abrazamos. Pero dentro de la
carpa hacía mucho calor y decidimos mejor
"dormir" al aire libre, bajo las estrellas.
Sacamos las bolsas de dormir y las extendimos en el
suelo. Con el pretexto del calor ya nos habíamos
desnudado por completo.
Nos acostamos y seguimos besándonos. Ari empezó a bajar
su boca por mi cuello hasta llegar a mi pene y me lo
empezó a mamar de una forma que me gustó mucho (aunque
ahora lo hace mejor) seguía mamándome y acariciando mis
testículos. Yo sentía un placer enorme y solo podía
jadear, acariciando su cabello. Él se colocó después
en posición de "69" sobre mí, y yo me puse a
besar su ano...
Entonces, él me dijo:
- siempre soñé con
hacer algo como esto y me encanta que sea contigo, me
encanta alimentarme de ti.
Después de estar así un
rato nos pusimos de frente y nos volvimos a besar por
largo tiempo, hasta que Ari se puso de espaldas a mi,
poniendo su trasero frente a mi pene que estaba muy duro.
Instintivamente, sin pensarmelo, le penetré. Su ano era
suave y caliente; yo entraba y salía del cuerpo de mi
mejor amigo lentamente...
Quería disfrutar al máximo, mientras le decía al oído
cuanto lo quería, cuanto significaba para mí, ahora, su
amistad... Después, ya no aguanté mas: mi excitación
era tanta que empecé a embestir, ahora más y más
rápido, hasta que me corrí dentro del... Los dos estábamos
tan agotados que nos quedamos dormidos sin separarnos...
Creo que toda la noche
dormí dentro de mi amigo, bajo las estrellas, bajo estas
mismas estrellas que me ven ahora en mi balcón,
recordando el momento más lindo de mi vida...
Julián (17 años)
Escribir a: laciudad@iname.com
con la mención "Para Julián"