Probablemente
tenga tendencia a "sublimar" demasiado el
pasado con el riesgo, a lo peor, de dejar a un lado la
vida real. Me lo recordaba, últimamente, un buén y
joven amigo con estas palabras:
"Tus recuerdos son muy
importantes, sobre todo cuando los viviste, pero ahora ya
te sirven para bien poco, solo para sentir añoranza. ¿Por
que no buscas a un "Alejandro" real, verdadero,
no novelesco, no del recuerdo? No tengo ningun derecho a
decirte esto, pero creo que no te ofendera que te lo diga.
Baja a la vida real, mira en tu calle, a tu alrededor:
esta lleno de "Alejandros", de personas como
tu, con tu sensibilidad, que darian cualquier cosa por
encontrarse contigo, que lo darian todo por recibir tu
mirada o tu sonrisa."
Este
amigo es un chico extraordinario... y es una pena que
viva tan lejos de donde yo vivo. Pero creo que es
demasiado optimista: no todos los chicos piensan y
sienten como él, y no creo que la calle esté llena de
"Alejandros" con tanta capacidad de amor, ni
tanta generosidad como él.
No
obstante, siguiendo su consejo, me esfuerzo, últimamente,
en abrir bién los ojos, por si veo efectivamente a estos
Alejandros. Esto ha dado lugar a una serie de anecdotas
que intento contaros aqui en forma de diario: El Diario
de un Neófito (o sea, de un... capullo)
NOTA:
Espero poder cerrar este diario próximamente; sera señal
de que, por fin, lo he encontrado...
Henry
P.D.
Después de leerlo, mi jovén amigo a vuelto a escribirme
para recordarme que un diario se escribe, sino a diario,
por lo menos con cierta regularidad y para decirme también,
cariñosamente, que era un verdadero "Memo" a
la hora de ligar, por lo que debería cambiarle el nombre
a esta sección.
Así que, atendiendo a sus razones -que las tiene- esto
se llamará, de ahora en adelante: